Entrevista con el vampiro
Título original: Interview with the Vampire: The Vampire Chronicles
Año: 1994
País: Estados Unidos
Director: Neil Jordan
Guión: Anne Rice (basándose en su propia novela)
Música: Elliot Goldenthal
Fotografía: Philippe Rousselot
Género: Horror romántico, drama, vampiros.
Reparto: Brad Pitt, Christian Slater, Tom Cruise, Kirsten Dunst, Antonio Banderas, Stephen Rea.
Resúmen: Tras la muerte de su esposa e hija, Louis, un rico terrateniente de Nueva Orleans, cae en una espiral de autodestrucción que le lleva a convertirse en un vampiro. Siglos después de una larga existencia de condena, cuenta su dramática, fantástica y terrible vida a un periodista.
Crítica: Entrevista con el vampiro es sin duda uno de los clásicos entre los clásicos en el cine de los 90; y sobre todo es un icono del género vampírico. Ya sólo por estar basado en la novela de la reina de la literatura vampírica contemporánea, Anne Rice; y encima ser ella responsable del guión adaptado para la película (¿podría ser más redondo?), tiene todas las papeletas para llevarse el título. Mientras que Drácula siempre será el origen del mito, el vampiro clásico (dos años antes Francis Ford Coppola había estrenado “Drácula de Bram Stocker” con Gary Oldman y Winona Ryder en los papeles protagonistas), Louis y Lestat (sobre todo Lestat, para qué negarlo), son dos figuras que han ganado importancia dentro de ésta mitología, sobre todo gracias a ésta adaptación, convirtiéndose en representantes del vampiro moderno y abriendo las puertas a todos los que vinieron después. Al igual que Christopher Lee y Gary Oldman serán siempre Drácula, Tom Cruise (lo siento, Stuart Townsend, pero es así) siempre será Lestat. Y es que aunque todo apunta a que las intenciones comerciales dejaban el mayor peso en un jovencísimo y bello (hasta un punto andrógino en algunos planos) Brad Pitt para encarnar al atormentado Louis (el mismo año y casi con el mismo look le veríamos en Leyendas de Pasión), Tom Cruise que ya era una estrella asentada de Hollywood, se lleva con creces toda la atención. Aunque los personajes son muy distintos entre sí (Louis es melancólico y culpable mientras que Lestat es cómico, alegre y cruel), está claro que intentan vendernos que Louis encarna el “bien” (dentro de lo que un vampiro puede tener de bueno) y Lestat el “mal”. En ciertos momentos incluso puede recordar a la famosa pareja de hermanos nórdicos Thor y Loki. Pero si escarbamos un poco más en la superficie, nos damos cuenta de que no está tan claro que Lestat sea tan terrible. Al pobre le dan para el pelo continuamente a lo largo de la historia y él sólo es un condenado más de esa maldición.
La historia puede dividirse en tres actos o tres etapas, con una introducción que causa un efecto flashback para contar la vida de Louis y un final que cierra de forma circular la trama (¡y qué final con ésa versión de “Simpathy for the Devil” de Guns n’ Roses!). La primera etapa, girando en torno a Lestat y posteriormente Claudia; la segunda etapa en París con Claudia y los terribles miembros del Theatre des Vampires, liderados supuestamente por Armand; y la tercera etapa, la soledad de Louis.
En cuanto a interpretación, la más notable sin duda es la de Kirsten Dunst, sencillamente increíble, creo que nunca la vi actuar mejor en ninguna de sus posteriores películas. Teniendo en cuenta que por entonces tenía 10 años, es capaz de reflejar un gran abanico de emociones y personalidades contrapuestas: desde la inocencia de la niñez, a la crueldad psicópata (incluso con toques de humor negro) y la madurez de un alma vieja encerrada en un cuerpo infantil. La escena en la que se corta el pelo y discute con Lestat es especialmente brillante. Tal cual parece la reacción de un adulto.
Lestat, Tom Cruise, también está increíble. Es quizás el más famoso de sus pocos papeles como “villano” y lo borda. Es cáustico, burlón, cruel y sin escrúpulos; pero también es sensible. Una de las cosas que me ha encantado de verla en versión original es comprobar lo bien que escogieron la voz para el doblaje en castellano.
También destacar los personajes de Armand (Antonio Banderas), un tanto ambiguo, manipulador e interesado y Santiago (Stephen Rea), más burlón, loco y cruel de lo que habíamos imaginado después de Lestat.
Lo mejor: La actuación de Kirsten Dunst, de Óscar. Los decorados, el vestuario y la imagen.
Lo peor: Las inexpresiones de Brad Pitt (salvo en los momentos de rabia), el paso de puntillas de la relación homosexual que se hace más evidente en la novela, el mojigatismo hollywoodiense.