Cambio de reinas

Título original: L´Echange des Princesses
Año: 2017
Duración: 100 min
País: Francia
Dirección: Marc Dugain
Guión: Marc Dugain (basado en la novela de Chantal Thomas)
Fotografía: Gilles Porte
Reparto: Lambert Wilson, Anamaria Vartolomei, Olivier Gourmet, Catherine Mouchet, Igor van Dessel, Juliane Lepoureau, Thomas Mustin, Kacey Mottet Klein.
Sinopsis: Para asegurar la paz entre Francia y España después de años en guerra, el regente de Francia Felipe de Orleans orquesta un acuerdo matrimonial entre ambos países. De ésta manera, su propia hija, Luisa Isabel de Orleans de 12 años pasará a ser la esposa del heredero al trono de España y la hermana de éste, la infanta Mariana Victoria, infanta de España de sólo cuatro años será la prometida de Luis XV de Francia.
Crítica: La película retrata hasta qué punto eran capaces de llegar las estrategias del poder, al involucrar a niños en asuntos tan adultos como el matrimonio. En el caso de Luisa Isabel de Orleans y Luis, heredero del trono español aún pasa bastante desapercibido lo demencial de los tejemanejes de la aristocracia ya que por entonces ambos eran adolescentes. Sin embargo, la cosa se va de madre con Mariana Victoria y Luis XV (qué cantidad de “Luises” históricos y qué lioso todo…). Él era un crío prepúber pero la pobre niña sólo tenía cuatro añitos.
En cualquier caso, la película destaca los dos caracteres distintos de las dos reinas “en proyecto” siempre asentando el argumento en que ambas aún no son adultas y por tanto sus actitudes son disculpables. Llama la atención especialmente la actuación de Julianne Lepoureau, quien interpreta a Mariana Victoria, cuya personalidad dulce, educada, comprometida y abnegada choca con su corta edad. Sin duda es quien despierta más lástima en toda la intrincada trama. Por otra parte, Anamaria Vartolomei, que es Luisa Isabel, da el perfil perfecto para la insolente y tozuda hija del regente y con el transcurso de la película, es el personaje que más evoluciona.
También me encantaría destacar la fotografía excelentemente cuidada del filme. Nada más empezar, una de las primeras escenas (si no la primera, porque ya hace unas semanas que la vi y no lo recuerdo bien) te hace dudar de si lo que estás viendo es imagen real o la cámara está enfocando un cuadro. Es una sensación curiosa porque la escena es estática el suficientemente tiempo como para apostar contigo mismo si estás o no errado.
Y aunque no tiene mucho que ver, me gustaría comentar que en “Cambio de reinas” aparece de nuevo un “ritual” que ya vimos en anteriores películas históricas sobre la monarquía. Viendo la película en esa parte concreta no pude evitar acordarme de la “María Antonieta” (2006) de Sofía Coppola, aquella mezcolanza extraña entre película, videoclip y anuncio de Cacharel. En ambas, las que van a ser reinas de cada país quedan en la frontera y se despojan de las ropas y damas de compañía para cruzar hacia sus destinos ataviadas convenientemente para sus respectivos futuros. Aunque es un ritual que parece demasiado teatral (de hecho en “Cambio de reinas” incluso podemos ver prácticamente la línea que separa a Francia y España en el mismo plano), no deja de ser desgarradoramente triste, en especial tratándose de niñas.
Lo mejor: La sencillez con que está tratada la película, la iluminación y la actuación de la pequeña.
Lo peor: La tristeza que genera la historia.